Adriana Lúcar: «Era un sacrificio súper grande estar en la selección y ni siquiera tenías lo básico»

La atacante nacional nos habla de sus experiencias en el extranjero, la selección y las diferencias que encuentra entre ambas realidades.

Adriana actualmente juega para Sporting Cristal, sin embargo aún no puede debutar en el Campeonato Femenino por una lesión que la aqueja (Foto: Instagram @SCfem)

Por: Franco Rojas

Si buscas Adriana Lúcar en google, te vas a encontrar con noticias sobre goles, fotos jugando fútbol y seguramente más goles, de cabeza, zurda, derecha, etc. Ella es una delantera que este deporte, ha paseado su juego por España, Estados Unidos y ama a la selección peruana al punto de haberla seguido hasta Rusia. Actualmente, Adriana se encuentra lesionada, pero juega para Sporting Cristal y estará apta para volver a las canchas en aproximadamente un mes y compartió con nosotros un poco de sus experiencias

-¿Cómo te interesaste por el fútbol?

Empecé porque tengo un hermano un año mayor que yo, entonces paraba con él de arriba a abajo; aunque yo diría que, en realidad, es algo innato. Ya sabía que me gustaba y desde que tenía cuatro o cinco años empecé a jugar con mi hermano y sus amigos.

-¿Cuál fue el primer equipo por el que jugaste? ¿en el colegio?

Lo que pasa es que luego viajé a Tacna porque mi papá es militar y estuve tres años en esa ciudad, pero jugaba más básquet porque es el deporte más fuerte de allá. Jugaba por mi colegio, pero más me dediqué al básquet, lo jugaba todas las tardes; pero el último año me dicen, porque ya había jugado por el colegio y me habían visto -yo era «chibolita» solo tenía 13 años y estaba en primero de secundaria- si quería reforzar un equipo para un campeonato de fútbol femenino que se jugaba en Tacna, pero no había ninguna chica de mi edad, todas eran mayores. Este equipo se llamaba Zaetas. Te estoy hablando de que yo tenía 13 y estaba jugando con chicas que eran mayores de 18, hasta de repente un poco más. Decidí jugar por ellos y jugaba los últimos minutos, pero recuerdo que hubo dos partidos en los que entré al último minuto y metí gol. Súper «chibolita». Luego, por el trabajo de mi papá, volvimos a Lima y estuve aquí desde segundo de secundaria, donde ya jugué mucho más fútbol.

–¿Cómo llegaste a la selección?

Una amiga del cole, que también jugaba, me comentó que habían abierto convocatoria para la selección y si quería ir a probarme. Fui a la videna, me probé y quedé desde que tengo 14 años. He estado en la sub-15 de Perú, que no jugó ningún campeonato internacional, era la prepación para la sub-17; jugué el campeonato sub-17 en Chile del 2008 y también el sudamericano sub-20 de Brasil del mismo año.

Como buena goleadora, practica también los tiros libres (Foto: IG)

-Después de eso tengo entendido que tuviste un paso en el extranjero

Luego de eso, estaba en quinto de secundaria, terminé de jugar y tenía un club en Perú, llamado Real Maracaná, que ya no existe. El Real Maracaná tenía una ONG con un jugador español que jugaba en el Atlético de Bilbao, que se apellidaba Gurpegui. Era una ONG que mandaba cosas, los apoyaba con plata y tenía su equipo, en el cual yo estaba; y quisieron hacer un intercambio. Eligieron dos chicas del club para que vayan a España a jugar seis meses y me dijeron a mí y a otra chica si queríamos ir, pero teníamos que pagar nuestro pasaje. Entonces, al final, obviamente, dije que sí y estuvimos jugando en un equipo que se llamaba Paul de Arrac, que también es en Bilbao. Estuve ahí seis meses, de verdad fue una experiencia increíble.

-¿Cómo se dio tu llegada a Estados Unidos? País que acaba de ganar una nueva Copa del Mundo de fútbol femenino.

Yo tenía en mente que no me iba a quedar a estudiar en Lima, por eso cuando regresé de España me empecé a preparar para los exámenes para ir a estudiar en Estados Unidos, el TOEFL y el SIT, y la mamá de unas amigas tenía una página web donde subía videos de deportistas peruanos y tenía sus contactos en EEUU de entrenadores que se metían a verlos, te chequeaban según lo que subías, las jugadas, todo; y se ponían en contacto contigo. Así me contactó la universidad a la que me fui. En realidad, yo no tenía mucha información, no sabía cómo era; de repente si hubiese tenido un poco más de tiempo, si hubiese investigado bien o de repente demorarme seis meses más, hubiese podido investigar y saber que hay divisiones y hubiese podido ir a una mejor universidad, futbolísticamente hablando. Al final así pasó. En Estados Unidos estuve cuatro años y medio, los dos primeros años estuve en Harding University y luego me pasé a University of Central Arkansas. Harding era división dos y la universidad de Arkansas era uno.

Adriana fue parte del primer equipo académico de toda la conferencia en el 2013 (Foto: Instagram)

-Al volver a Perú ¿a qué equipo fuiste?

Cuando regresé, en el 2014, jugué dos años por Cristal y tuve un problema con la federación. Fui suspendida un año y no pude jugar. Después de ese año regresé y volví a jugar, pero en mi primer partido me expulsaron con una roja. Ahí dije: «Ya no voy a volver a jugar acá», dejé los campeonatos de Federación y empecé a jugar solamente campeonatos de Fútbol 7, todos los campeonatos de la Liga Femenina: exalumnos, primera división, interempresas; un montón de campeonatos y también empecé a jugar el interclubes, donde juego por el Palestino. Luego, me volvieron a llamar a la selección, ya que se formó nuevamente para los Panamericanos, estuve entrenando, me lesioné y ya no regresé a la selección. Ya no quise regresar.

-¿Por qué ya no quisiste volver a la selección?

Tuve un problema con lo de la operación. Lo que pasa es que no tenían seguro y fue todo un trámite, era un sacrificio súper grande estar en la selección, te demandaba un montón de tiempo y ni siquiera tenías lo básico. Dije «ya no tengo 16 o 17 años», aparte, te metes de lleno en la selección, te pasa algo y «Uy, no tenemos seguro, velo tú con el seguro de tu chamba y de ahí te reembolsamos lo que no cubre». Ya no regresé, ahora estoy en Cristal pero estoy lesionada aunque ya regreso en un mes o mes y medio.

-¿Qué diferencias encontraste entre el fútbol de España, Estados Unidos y el nacional?

Estamos hablando de dos cosas diferentes. En Estados Unidos y España no hay punto de comparación con el fútbol de aquí. Las canchas, la cantidad de las mismas y el estado en el que están; pero en Estados Unidos nunca jugué en una cancha mala, a lo mucho tenían algún huequito, pero todas las canchas eran una mesa de billar; y si era sintético, era un buen sintético; pero la mayoría de veces era en pasto natural. Además, la infraestructura y la organización. La organización es básica y te hablo desde que son chiquititas, academias, desde que empiezan a incentivar el fútbol femenino porque ahí hay material para poder agarrar más adelante. Esas son las diferencias más marcadas, aparte del físico y biotipo. Pero, como te digo, no hay punto de comparación, desde chiquitas están jugando fútbol, hay campeonatos; es diferente.

-¿Eres consciente de que para algunas chicas más jóvenes eres su referente? Nahomi Martínez, por ejemplo, ha escrito varias veces que eres su ídola.

Sí, sí me lo ha dicho. Lo que ella me contó es que antes de jugar conmigo, aunque lo hizo desde que era «chibolita», en el 2013, cuando ella tenía 16 y yo 22, me veía y quería ser como yo. Pero nada, Nahomi es una crack y nos va a representar súper bien en los Panamericanos, de eso estoy segura.

-Eres de hacer goles donde juegues. Si tuvieras que describirte como jugadora, ¿cómo lo harías?

Siempre me gustó jugar arriba, era atacante neta por mi velocidad. Me describiría como una jugadora rápida y potente, con un buen dominio de balón.

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